22.6.11



Work in progress

18.6.11


Nos despertamos revitalizados, no sé ni cuántas horas dormimos. Te traje el desayuno a la cama y ya sonaba "Green gloves". Una vez más fui una tumba cuando nos montamos en el metro, pero lo enlazamos con un autobús y fuimos a las afueras de la ciudad. Creo que según nos acercábamos ya sabías que te llevaba a la casa que te había descrito con pelos y señales. Estaba vacía, la recorrimos entera. Te encantó, le hiciste fotos, y a nosotros en ella. Te enseñé donde había vivido y te conté anécdotas de cuando mi padre la construyó. Nos tumbamos en la cama, con sábanas blancas, donde yo dormía cuando hablaba contigo. Bajamos al gran salón y mientras preparaba una ensalada gigante para la comida te puse cosas del disco que estábamos grabando. No supe descifrar qué te pareció. Te enseñé los trozos de película sobrantes de mis cortos y me fotografiaste con ellos de bufanda. Charlamos tirados en las hamacas de la azotea e hicimos hambre escudriñando la vasta colección de películas que preside el salón. Propuse "ser o no ser" de Lubitsch, y aceptaste. La vimos mientras comíamos la gran ensalada y comentábamos cosas sobre lo que Ernst provocó en Billy. Al acabar hablamos de París (...)

VIII

En esta noche, que ya huele a verano, he rescatado parte del acto octavo del primer encuentro que tuvimos y que decidiste escribir. Y aquí aquella despedida que se repite.

Varias veces mientras me duchaba o desayunábamos en silencio he pensado que si íbamos tan lento perderías el avión, así que he ralentizado más aún mis movimientos. Has parado el mundo para decirme que tus silencios no eran por cansancio sino porque te quedarías más, eso me ha gustado mucho. El trayecto al aeropuerto en metro ha sido largo. No llevábamos música, sólo nos mirábamos en el cristal. Has hecho una foto, una foto triste. Te he besado muchas veces en las mejillas. Has dicho que en mi teoría de los picos, este, era uno bajo.

XI

There will be a welcome Miss Invierno.